La religión es una de las influencias más profundas en la sociedad. A pesar de un declive en participación religiosa en algunos países, la religión sigue siendo vital y extendida en Centroamérica y el resto del hemisferio occidental. Tiene mucha importancia en la cultura, el arte, la educación, la asistencia médica y humanitaria, entre muchos otros sectores de la sociedad. Desempeña un papel fundamental en la vida familiar y como fuente de valores compartidos que forman la base del Estado de derecho.
La libertad religiosa, por su parte, protege y facilita la enorme contribución de la religión a la sociedad. Claro está que la mala aplicación del fenómeno religioso ha llevado a conflictos en algunas épocas de la historia. Sin embargo, este Simposio sostiene que la libertad religiosa es una herramienta para salir de los conflictos. Asimismo, propone que la defensa de la libertad religiosa está vinculada a la protección de otros derechos fundamentales, tales como las libertades de expresión, de prensa y de asamblea. Una sólida libertad religiosa promueve una cultura solidaria, democrática y plural, lo cual es importante para todos, creyentes y no creyentes. En esta época de creciente polarización y contención, la libertad de religión y creencias puede ser, como dice nuestro tema, una “promotora del respeto mutuo, la armonía y la protección de otros derechos fundamentales”.